Estar contigo implica verme en el espejo, enfrentarme cara a cara, desnudo, pues no existe otra forma de hundirme en tus ojos,
es mucho más que perderme en tu mirada, es encontrarme en los rincones de tu alma pues he dejado de ser sólo yo,
es luchar contra la soledad de saber que una parte de ti se halla separada por la distancia.
Estar contigo implica tratar de pintarme recorriendo tus curvas con mis manos, tan sólo para notar que estamos hechos con el mismo barro,
es sentir tu piel en la mía como si fuera un sola, pues te has convertido en una extensión de mi cuerpo y yo del tuyo,
es darse cuenta que existe una parte de ti y de mi, que nos pertenece a los dos.
Estar contigo implica perder la cabeza entre tus brazos o tus piernas hasta fundir nuestros cuerpos y nuestras almas,
es ahogarme en el sudor de los cuerpos, respirar con tus pulmones y explotar con cada uno de los latidos de tu corazón,
es robarme todos y cada uno de tus rasgos con la lengua.
Estar contigo también implica soñar tus sueños mientras te abrazo y regalarte los míos en cada una de mis caricias,
es ponerme las alas para arrastrarte en mi vuelo o para seguir el tuyo, siempre tan cerca como sea posible,
es tomar la sombra debajo de cualquier árbol.
Estar contigo es simplemente buscar la sonrisa y compartir las lagrimas, que ya no son sólo tuyas pues las he tomado como mías.
Friday, August 17, 2007
Thursday, August 02, 2007
estrella
Es bueno saber que hay una estrella grande, brillante y amarilla por ahi que lleva tu nombre, lo sé por que la he visto incluso en las noches de luna que tanto te gustan, resulta tan inconfundible como la chispa que te caracteriza y esa sonrisa que siempre acaba por hacerme sonreir. Tu estrella es tan agradable que siempre me sirve de guía en el mar de palabras que de vez en cuando me abruma para después fascinarme con su magia que revela mas de lo que podemos escribir en el papel.
Tu sabes que es lo que más me gusta de las estrellas, pues me has visto sonreirles desde viejas montañas incas, playas encantadoras o caminando de noche de Paris; parte del encanto es que muchas veces ni siquiera has estado ahi, pero igual te mantienes conmigo por grandes designios que no son más que la magia que le ha dado tu nombre a una estrella o la que hace que dos amigos se reencuentren tan lejos de casa, que hacen pensar que el hogar te sigue a todos lados.
A las estrellas tampoco les importa el tiempo o la distancia pues saben que no son más que meras circustancias, pues han aprendido que uno es capaz de percibir el brillo más allá del tiempo o el espacio, es una sencilla cuestión de un poco de paciencia o tal vez de mirar con detenimiento pero igual se viaja, ya sea mediante estas u otras palabras, sueños o la maravilla de salir a pasear con el pensamiento, gracias a los polvos mágicos que me regalaste en alguna de tantas visitas a mi pequeño cuarto.
Me gusta cuando la vida es como sentarse a comer un helado riquisimo, platicando de cualquier cosa, por que los temas de conversación no son interesante por si solos sino por la persona con quien se comparten; por si mismos, no existen, les hace falta el paso de alguna estrella que ponga las chispas de colores sobre la cubierta de chocolate. Sabes que en esos casos no pasa el tiempo y si pasa, en verdad no importa, asi que da igual, si tenemos 18 y 17 o si nos encontramos a los 70 y tantos.
Es la mejor de la vida que una estrella lleve tu nombre, pues ha logrado atraerme como al cometa que pasa distraído buscando nuevos mundos. Me recuerda el ir y venir que me encanta de la vida pero me da la certeza de que nos encontraremos de nuevo, después de algún tiempo, en lo que buscamos y escribimos nuevas historias para aderezar a las viejas y darles nuevos sabores. Lo mejor de todo es saber que después de todo, de las grandes aventuras, hay un lugar seguro a donde regresar.
Sabes que es tuya la estrella que lleva mi nombre.
Tu sabes que es lo que más me gusta de las estrellas, pues me has visto sonreirles desde viejas montañas incas, playas encantadoras o caminando de noche de Paris; parte del encanto es que muchas veces ni siquiera has estado ahi, pero igual te mantienes conmigo por grandes designios que no son más que la magia que le ha dado tu nombre a una estrella o la que hace que dos amigos se reencuentren tan lejos de casa, que hacen pensar que el hogar te sigue a todos lados.
A las estrellas tampoco les importa el tiempo o la distancia pues saben que no son más que meras circustancias, pues han aprendido que uno es capaz de percibir el brillo más allá del tiempo o el espacio, es una sencilla cuestión de un poco de paciencia o tal vez de mirar con detenimiento pero igual se viaja, ya sea mediante estas u otras palabras, sueños o la maravilla de salir a pasear con el pensamiento, gracias a los polvos mágicos que me regalaste en alguna de tantas visitas a mi pequeño cuarto.
Me gusta cuando la vida es como sentarse a comer un helado riquisimo, platicando de cualquier cosa, por que los temas de conversación no son interesante por si solos sino por la persona con quien se comparten; por si mismos, no existen, les hace falta el paso de alguna estrella que ponga las chispas de colores sobre la cubierta de chocolate. Sabes que en esos casos no pasa el tiempo y si pasa, en verdad no importa, asi que da igual, si tenemos 18 y 17 o si nos encontramos a los 70 y tantos.
Es la mejor de la vida que una estrella lleve tu nombre, pues ha logrado atraerme como al cometa que pasa distraído buscando nuevos mundos. Me recuerda el ir y venir que me encanta de la vida pero me da la certeza de que nos encontraremos de nuevo, después de algún tiempo, en lo que buscamos y escribimos nuevas historias para aderezar a las viejas y darles nuevos sabores. Lo mejor de todo es saber que después de todo, de las grandes aventuras, hay un lugar seguro a donde regresar.
Sabes que es tuya la estrella que lleva mi nombre.
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