Friday, March 18, 2005

carta...

es cierto; hay días negros, grises, así como hay de muchos colores; pero ¿quien se encarga aventar los colores? Será el famoso Destino, algún mago aburrido o ese niño risueño y travieso, quien no puede ser otro más que Dios.

no necesito confesarte que yo repinto mis días. Cuando no tengo muchas fuerzas los pinto de negro, de café, de colores opacos, por que sabes que hay días en que mi pobre corazón se deja vencer cargado de fastidio, de indiferencia.

guardo silencio, me quedo sentado sin esperar, y esta calma me mantiene alejado de tantos cuentos, de simples anécdotas o lindos poemas, que a veces encuentro jugueteando, saltando o paseando por mi cabeza de tan graciosa manera.

reconozco que existen palabras, breves sonrisas, sencillas miradas, así como un poco de magia, que despiertan mi alma, y me avientan a la vida, hacia ese mundo donde no se hacen preguntas, por que es más fácil imaginar las respuestas.

“La luna sonríe y el buen sol nos quema un poco la piel”

todas la mañanas antes de escoger un color, te agradezco las fórmulas mágicas que dejan tus labios capaces de darle movimiento a todos los seres y a todos los astros, de donde me robo colores para inventar otros que intentan ser nuevos.

las tardes pasan rápido en interminable carrera, aunque he de decirte que desde la ultima vez que volteaste, se han hecho un poco mas lentas, y de vez en cuando pierden el paso como si distraídas se hubieran detenido a ver una nueva estrella.

en las noches tranquilas mi alma descansa, volando con los ojos bien abiertos por tantos mundos nuevos que se confunden y mezclan con la gran variedad de realidades que abarcan los sueños, que recorremos con los ojos cerrados.

sabes también que no sólo divido los días en tres, pues me has acompañado en algunas de las noches más soleadas, o te has reído con la luna y conmigo en esas horas del día en que yo digo que no es de día ni de noche, aunque no tenga razón.

“No se gastan los colores mientras haya ideas por colorear”

te recuerdo seguido y seguido me sirves de guía, con esa lucecilla clara y curiosa que alumbra los caminos que voy inventando con cada paso, con cada salto o mejor aún cuando doy vueltas o me caigo por caminar de cabeza.

te confieso que mi memoria te recuerda con libre albedrío, aunque sabes muy bien que no dejas de ser tu, no te preocupes, solo se debe a que no puedo verte completa y tengo que dibujar algunas cosas menores, sin importancia.

regreso constantemente hacia mi para ver quien soy, para ver que hay, tal vez algún animalito nuevo, una mentirilla inocente, un cuento o por si ha regresado el niño despeinado con las manos sucias y los bolsillos llenos.

sin estas palabras soy poco mas que nada, por eso te escribo para compartir esos paisajes, y para que de vez en cuando me tomes de la mano y me acompañes a volar por los aires regalándome colores que no puedo imaginar.

1 comment:

S said...

Querido Jos,

Tienes el don de hacer sentir aludido a cualquiera que reciba esta carta tuya - tanto, que no se si yo la escribo, o solo te leo.

Tienes un alma profuna, no la escondas.

Sof