Tuesday, March 08, 2005

Un día cualquiera

Lentamente se encendía la vela, bañanado la mesa decolores, miraba su reflejo en el vino de una copa derramada y a mis espaldas se extendía una inmensa ensalada que parecía infinita, salvo por una hogaza de pan que imponente lo retenia, y no eramos mas que hormigas tratando de escuchar el silencio que representaba esa magica sinfonía

Juan, Jesus, José,... no importa, caminaba como ensueños sin tocar la calle, llevaba un ritmo tranquilo al igual que su pequeño tambor, tenía la cara marcada de "volveres a empezar" sin embargo me recordaba un poco al cielo, limpio, claro y con un dejo de eternidad de que sabes que siempre ha estado ahi. Debo reconocerque me maravillaba; a mi, el espejo solo me añadía mas cosas con el paso del tiempo, al principio, con un suave murmullo, pero ultimamente había veces que me costaba encontrarme en ese reflejo cada ves mas extraño

Al pasar me saludo con las mismas palabras que de tanto usarlas, mi memoria las había olvidado y sonaban todos los diás diferentes, y lo que mas le admiro es que nunca titubeaba, como tanta gente que pasa aburrida de ser lo mismo dejando las mismas nuevas tonterías por todos lados

Todos los días se perdía en el horizonte, aunque yo sabía muy bien que él no era como otros hombres de quienes huye el sol, a él todos los días lo abrazaba con gran cariño y hasta me gusta decir que con nostalgia

A su regreso me atreví a romper el ciclo que me encantaba, en el cual entraba y me pedía un vaso de horchata de coco, que yo preparaba todos los días antes de su llegada, desde hace tanto que creo que fue siempre asi, gota a gota pasaba por su garganta y me pagaba con la misma moneda y nunca entendí por que era lo único que jamás cambiaba de precio

Le pregunte ¿A que hora empieza el día? sin que dijera nada leí en su mirada 'acompañame' y lo seguí dejando todo atrás, sin pensar en nada

Sin embargo no puede decirles que paso con él pues no recuerdo haberlo visto ni antes ni después, y la verdad es que no entendía nada hasta que un viejo tendero que cada día tenía nuevas arrugas me pregunto ¿aque hora empieza el día? y todas las palabras brotaron de mi boca sin decir nada

Al irse apagando la vela los hermosos colores fueron tomando un tono grisaceo que no se nos hacía triste sino necesario y después todo quedo cubierto por un velo obscuro, y un alegre murmullo nos sopló en la cara

'La vela no se prende ni se apaga, solo cumple sufunción que es brillar'

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